El mas suave. El mejor de toda la panaderia. Inclusive, el mejor en la charola de los panes parecidos a tí, mas nunca igual, porque eres único. Siempre estubiste esperando la mano que con unas pinzas te transportaria de úna charola a la otra.
Las manos que llegaron fueron las mías. Y tú, seguiste siendo, el mejor pan. El más rico y blanco. Transportabas bienestar a quién te tuviera frente. Por eso, trataba de nunca comerte. Nunca lo desie. Tristemente estube conciente de que podías endurecer, y junto a mí, hecharte a perder. Por que nunca te comí, por tratar de conservarte suave y perfecto. Sólo para mí.
Ahora no estas, todo cayó en moronitas y no las puedo juntar. Encuentro úna por allá, otra por acá, acaso, Nunca volverás?...
Sin mis propios deseos, logre deshacer al mejor pan.
Quisiera morir y reencarnar en alguna moronita para estar cerca a úna de tus mínimas partes que ya no puedo encontrar. Y a otra escala, volver a empezar.
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1 comentario:
y juntos yaceran transformados en migas, hasta el fin de los tiempos :) jaja que bello ana.
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