domingo, 4 de enero de 2009

inverter

Cara giratoria, ojos desprendido y sonrisas brillantes.
Como la risa de las
gaviotas; como el sueño de la gallina donde estaba feliz. En el que esta empollando unos huevos que al salir seran gemelos; jugaban sobre la tierra con olor a humedad natural.
Por fuera de su
imaginación un cuervo imperial los vigilaba; volando de un lado a otro entre los pasillos del gallinero que esta dentro de la granja.
Los suelos acerrín,
madera oscura y alrededor el sonido de la i alargada rechinando mientras pasea por los cables de la luz.
El olor a madera domesticada le dice al cuervo que no es libre, por mas ley que sea de aquel lugar. Donde la gallina despierta sin conocer el contenido de los
frágiles cascarones que siempre salen de ella.




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