martes, 7 de julio de 2009

nada en el agua

Nadando de dorzo; con el cuerpo hacia el frente y la espalda sumergida bajo el agua.
Reflejos solares le resisten para penetrar en las vidas acuaticas. Donde los peces corren buscando sustento para producir alimento.
Siempre llega algo inesperado, la fantasía iluminada por los colores que resplandecen al salir del núcleo solar.
El cuerpo dorzático se queda estático, observando con sus ojos, las nubes blancas suspendidas en la superficie mas alta del planeta. La mas lejana que conecta al espacio con nuestras almas.
El azul invade los ojos cerrados para transportarlo a la realidad interior que explota como en formas de colores casi iguales.
La combinación de geometría y fractales se disuelven paseando por el cerebro. Y el cuerpo sigue sobre el agua que convierte a la textura de la piel en algo surreal. Como sal haciendo formas corrugadas.
Agua reciclada y solsticio de verano se hacen cargo del transportar hacia los oidos del compañero.

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