viernes, 10 de abril de 2009

paseando en el espejo

Hoy todo es alreves. Estoy acostada y no necesito morderme las uñas.
Los ruidos han terminado de ser efectuados. El pueblo no deja de esperar el llamado del campanario.
Ayer no me mordí la uña.
La basura volaba y yo estaba sentada. Respiraba entre remolinos de tierra con gente y la estatua de metal. Reverencia ante el Papa. Andréa se recostaba bajo la silla de metál, jugando con la cobijita de su hermana tamaño lata de té arizona corriendo de un lado a otro.
¨Algodones, 2 x 5¨.
Fragancias de elotes asados y hoy huele a enfermo.

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